Un ejemplo es Stonehenge. Este gran monumento de la Edad del Bronce del sur de Inglaterra, se construyó de tal manera que el día del solsticio de verano (el día más largo del año) el sol se pone justo por el eje más importante de la construcción. Estamos hablando, aproximadamente, del año 2500 a.C
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Más adelante, en las grandes civilizaciones, como en Mesopotamia, Egipto o Grecia, le daban muchísima importancia a las estrellas, pues consideraban que eran el medio a través del cual los dioses se hacían presentes, y les permitían conocer sus mensajes. Pensaban además, que a través del estudio de la astronomía podrían descifrar el origen y el destino del universo. Por todo esto, los astrónomos, estaban muy bien considerados, y se les ayudaba mucho en sus tareas.
¿Cómo lo estudiaban? Fundamentalmente con la observación directa, pero muy minuciosa. No tenían instrumentos con los que mirar las estrellas más de cerca, pero sí mucha paciencia, y mucho interés. Apuntaban prácticamente todo lo que veían, y trataban de llegar a conclusiones. Por ejemplo, si veían que cada día las constelaciones que veían por la noche se movían un poquito respecto al día anterior, razonaban que, o bien el espacio, o bien la tierra, se movía continuamente. Otro ejemplo es Platón, que observando un eclipse de Luna dedujo que la tierra era redonda, en el s.IV a.C. No todo el mundo le creyó.
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